REDENCIÓN PARA EL DISEÑO

                                            
                                                   Redención para el Diseño

 Queremos romper con la idea de que el diseño es una cosa exclusiva de las grandes fortunas», decía ayer Jordi Solé, subdirector de la escuela Deià de Nou Barris, en EL PERIÓDICO. Pretensión inútil, pero muy razonable, pues tanto los millonarios como los sintecho se sirven cada día el diseño para vivir. Todo cuanto nos rodea esta diseñado, nada ha brotado espontáneamente. Por tanto debería ser fácil comprender que el diseño es una disciplina positiva, sinónimo de civilización. Pero no es así. Sigue asociada al lujo o la estridencia. Justo en tiempos de crisis es cuando puede mostrar su faceta más social y cambiar de rumbo. En los países nórdicos el diseño es algo consustancial al progreso. Nadie se chotea o lo agrede.

Una vez más se han hecho las cosas al revés, primero la caja y luego el contenido, como pasó ya en el Macba, pero ya que está y ofrece infinitas posibilidades hay que aprovecharlas. Lo importante será su programación, no su escaparate, y en este sentido qué mejor que una institución como el FAD, Foment de les Arts i el Disseny, se sume al nuevo equipamiento instalándose allí junto al BCD y otras entidades del mundo creativo. El FAD fue fundado hace 110 años, y ha sido el pionero español con un activismo desbordante que le ha granjeado prestigio internacional. 
Sus socios constituyen una garantía de calidad apasionada por un diseño humanista. Ahora su oportunidad es aliarse con la Administración, manteniendo su independencia, para ofrecer un diseño al servicio de la sociedad. Conocerlo será amarlo.